“El docente decente no se adormece.
Enseña parado en puntas de pie.
Sus alumnos no se duermen y hacen,
pues eso es lo que la enseñanza siempre fue.”
David Mc Cord. (1945).
¿Cómo era el primer libro?
¿Estaba impreso o escrito a mano? ¿Estaba hecho de papel o de cualquier otra materia? Si existe todavía, ¿en qué biblioteca se le podría encontrar?
Se dice que hubo una vez un hombre que quiso buscar en todas las bibliotecas del mundo este primer libro. Pasaba días enteros hurgando entre montones y montones de libros carcomidos y amarillentos por los años. Sus ropas y sus zapatos estaban cubiertos por una espesa capa de polvo, como si acabase de realizar un largo viaje sobre una carretera polvorienta. Al fin, encontró la muerte al caerse de una de esas grandes escaleras que se apoyan contra los estantes de una biblioteca. Pero aun cuando hubiera vivido cien años más, sus búsquedas no hubiesen conducido a nada. El primer libro estaba ya integrado a la tierra, muchos millares de años antes de que él hubiese nacido.
Este primer libro no se parecía en nada a los de nuestros días. Tenía manos y pies, y no descansaba sobre un estante: sabía hablar y hasta cantar. En fin, era un libro vivo: era el hombre.
En: “Negro sobre blanco”, M. Ilin
Materiales usados para escribir.
Los materiales usados para escribir, a través de la historia, han sido muy variados. Es de suponer que el hombre primitivo usó materiales blandos, como la arena o la corteza de árboles. Que se haya “escrito” en arena o corteza de árboles, se supone, porque no hay evidencias de ello. La suposición se basa en que esa escritura no requería instrumentos. Los materiales blandos, usados para hacer “escrituras”, han desaparecido. Es probable que no haya sido la roca el primer material usado, porque es dura y difícil de trabajarla, (difícil porque requiere una pintura o instrumento punzante), pero sí es el material más antiguo que se conserva.
Escritura en rocas.
Los materiales en estado natural no sufrieron una transformación para convertirse en materiales para escribir. En algún caso, la roca pudo haber sido algo alisada. Han sido halladas piedras, que están en distintos museos, cubiertas de pictogramas, ideogramas, jeroglíficos: representan signos, símbolos, e ideas. Se les calcula una antigüedad aproximada a los 5500 ó 6000 años antes de Cristo. (Se calcula la edad de la escritura, no la edad de la roca).
Los egipcios usaban mucho la piedra, y se han encontrado obeliscos, columnas y paredes, en las cuales hay inscripciones pétreas. Una de las más célebres es el “Canto Triunfal a Ransés II”.
Los aztecas y los mayas tenían inscripciones pétreas. La más conocida es el “Calendario Azteca”. Se han encontrado escrituras pétreas en Perú, norte de Argentina, Bolivia. Son muy interesantes las “Piedras de Ica”, pertenecientes a una cultura pre-inca. Se encontraron gran cantidad de estas piedras, (aprox. 15.000). Se dice que contienen “La Biblia pre-histórica”. La antigüedad de las piedras, no de la escritura, es de 60 millones de años. Están formadas por flujos volcánicos. No se sabe la antigüedad del tallado. Este hallazgo prueba que existió una civilización que se ha extinguido. Están siendo estudiados, los escritos, en universidades peruanas y alemanas. Los informes, hasta ahora, dicen que se evidencias conocimientos adelantados en medicina, botánica, paleontología, e incluso, navegación aérea. Se destaca una de las piedras: tiene un dibujo que “parece” una nave espacial, con unos hombres que miran por una especie de telescopio algo que está abajo, que es un animal. Se interpreta como que los “observadores” serían los dioses, ubicados en el cielo, y bajarían cerca de la tierra en especie de carros, a contemplar las acciones humanas. “La vida de los hombres es el teatro de los dioses”, decían sus leyendas.
En total, en el mundo, se han encontrado entre 45 a 50.000 piedras grabadas.
Escritura en arcilla.
El área donde se escribió en arcilla es muy extenso: se encontraron tablillas en Mesopotamia, Israel, Siria, Palestina, Creta, Bolivia. (Estos son los lugares principales). En Bolivia, se encontraron escrituras sobre arcilla, en las que aparecen colocadas figuritas de barro, paradas; semillas, y otros objetos. Es una forma de expresión muy rudimentaria e inferior a la de Mesopotamia.
A la escritura sobre arcilla se le llamó CUNEIFORME, por la presentación en forma de cuña, del latín: cuneus. Los utensilios usados para escribir eran, principalmente, un estilete, a modo de lápiz, a menudo de hueso, o de caña de bambú. El estilete tenía una terminación prismática triangular, presentaba dos caras iguales, alargadas, y una tercera más corta. El procedimiento era: se amasaba la arcilla; se la colocaba en moldes, para darle la forma conveniente. Casi todos los moldes eran cuadrados o rectangulares; algunos cilíndricos; y escasos, los prismáticos. Se escribían en ambos lados, cabían muchísimos signos en una tablilla. Se trabajaba cuando todavía estaba blanda y húmeda la arcilla, pues el trazo era fácil de hacer. No se conoce, (no lo conozco), el procedimiento usado para escribir en la segunda cara de la tablilla. En Mesopotamia, la tablilla se secaba al sol, porque éste allí es muy fuerte; en otros lugares, se secaba en hornos apropiados. El secado al horno tenía que hacerse con un gran conocimiento del grado de cocción, para que la tablilla no se rompiera. Al principio sufrían un encogimiento, porque se usaba arcilla pura. Pero luego se mezcló con yeso pulverizado y el encogimiento fue corregido. El resultado es un material muy noble, (en el sentido de resistente), ante la humedad y el fuego, una vez cocido. Ciudades quemadas han salvado sus bibliotecas de arcilla; bibliotecas de tablillas de arcilla, enterradas, no han sufrido la acción de las capas húmedas de la tierra. (Hoy se sabe más de los mesopotámicos que de los griegos, porque éstos últimos escribieron sobre papiro). Basta un leve golpe para romper la tablilla, por eso los arqueólogos tienen que tener mucho cuidado, si quieren obtener una intacta. Las tablillas secadas al sol presentan unas adherencias de polvo, y hay que cepillarlas. Este trabajo es delicado: si se la golpea, la tablilla puede descascararse y quedaría una laguna conceptual; si se rompe, se pierde el concepto.
Cuando se excavó la ciudad de Mari, entre 1934 y 1935, se halló un edificio que era una “escuela”, con dos aulas: en ellas, varias filas de bancos, fabricados con ladrillos crudos. Las escuelas de escribas, al principio, dependían del templo: se cree que hubo algunas más laicas. Se les llamaba “Casa de las tablillas”; y a los estudiantes, “hombre de las tablillas de escritas”. El aprendizaje era arduo.1
Las bibliotecas súmero-babilónicas tenían una actividad diferente a las actuales: coincidían en el préstamo de materiales, como ahora, hechos por los bibliotecarios; pero, también allí, se HACÍAN los libros. Se hacía todo el procedimiento, (con la tablilla), y se organizaban las nuevas ediciones. (A veces, se suscitaban problemas con la compra del material; o con la copia del texto; llegándose al despojo). Se hacían préstamos en sala, y a domicilio. En ambas situaciones había problemas: las tablillas para préstamo en sala, terminaron encadenadas a las mesas de lectura. Las destinadas a los préstamos domiciliarios, tenían una maldición de los dioses, escrita al final, que castigaba al que no devolviera.
Escritura sobre materiales vegetales.
En algunos países como India y Pakistán, se utilizó como material para escribir, la hoja de palmera. Se recortaba, se cosía a otra hoja previamente recortada, y así sucesivamente. Se cosían con hilos. Sobre ellas, se escribía con un punzón muy leve, que hería suavemente la superficie de la hoja, (se tenía cuidado de no perforarla); luego, se pasaba una tinta. Cuando la hoja se secaba, la tinta se mantenía rosada fuerte. Como algo tradicional, aún hoy, en algunos lugares, se escribe sobre hoja de palmera. En China, se usó la hoja de bambú.
También se usó el papiro. Los griegos lo llamaron “biblos”, o “chartos”; los romanos lo llamaron “charta”, de ahí, “carta”. El papiro crece especialmente en las orillas del Nilo: sobre todo, en lugares donde el río forma estanques o pantanos en su propio lecho. En estos lugares el nivel del agua no sobrepasa el metro. Este vegetal tiene un tallo que mide entre dos y tres metros, y termina en una especie de flor o penacho. El tallo no es cilíndrico; si se corta, da una sección triangular. La raíz es bastante gruesa, mucho más que el tallo. Es una raíz acuática, no se hunde en la tierra: queda en el agua, y por medio de raíces secundarias se adhiere al lecho del río. La raíz y la parte inferior del tallo, era alimento para los egipcios: al masticarla, se obtiene un jugo azucarado.
Los egipcios preparaban el papiro para escribir de esta manera: cortaban el tallo, hacían “láminas” del mismo, y las extendían una al lado de la otra, sobre una madera inclinada, de modo que los bordes se superpusieran levemente: al secarse, quedaban adheridas. Les quedaba un producto cuyo ancho dependía de cuántos fragmentos de tallos se usaran. Éstos, se adherían a otros fragmentos, y así sucesivamente, hasta obtener un rollo, del largo deseado. A veces usaban goma para facilitar la adhesión, pero el papiro tiene una sustancia que naturalmente adhiere. Después se hacía el prensado con otra madera; posteriormente se alisaban con otro instrumento. Una vez secas, las hojas tenían un color amarillento. (Se secaban al sol). Los rollos tenían diversas dimensiones: en general, eran de veinte fragmentos. En el rollo se escribía en columnas, con tinta negra. Para las iniciales, se usaba tinta roja.
El papiro era industria egipcia, pero se vendía también en los estados de Asia Menor. Era un importante rubro de exportación. Los mayores compradores eran las ciudades griegas y las romanas. Había papiros de diferentes calidades, según fuera más fino, o más blanco. Cada calidad recibía un nombre. El papiro Augusto era uno de los más buenos. Se vendió también a Europa, durante buena parte de la Edad Media, hasta que ocupó su lugar el pergamino.
El problema mayor del papiro es que es muy poco resistente a la humedad. Por eso, donde más se ha conservado es en Egipto, por el clima tan seco.
En cuanto a las hojas de bambú, (de color amarillento), nacen en una planta que, con clima propicio, alcanza hasta cien metros de altura. Cuando sopla el viento, las hojas se golpean entre ellas, y producen un sonido particular. El bambú se planta por gajos, tiene un tallo grueso, (diez centímetros de diámetro), se corta en secciones, y tiene yemitas.
Escritura sobre elementos animales.
La piel curtida y preparada para escribir, es sin duda, un material muy antiguo. Fue en la ciudad de Pérgamo donde primero se preparó, (de ahí su nombre). Su “invento” se produjo, aproximadamente, en el siglo II A.C., en la época del Rey Eumenes. Es en esa época que hubo problemas entre Egipto y algunos países de Asia Menor. Se enfrentaron Alejandría y Pérgamo, ambas, ciudades muy ricas. Pérgamo quedó sin papiro. Obligados por el Rey a solucionar el problema, a alguien se le ocurrió utilizar el cuero de los animales.
Se sabe que los antiguos persas utilizaron pieles curtidas. Se les llamaba “pieles reales”: allí se guardaban todas las decisiones de los reyes, y los textos religiosos.
Para los pergaminos se mataban animales jóvenes (pieles con menos cicatrices), y no de cualquier animal: carnero, cerdo, cabra, ternero, asno joven. La piel no puede tener orificios, debe ser blanca, (si se trata de una piel manchada, hay que lograr la blancura por medios químicos), debe tener en toda su extensión el mismo grosor. La piel se sumergía en un baño de cal; luego se la pule con piedra pómez, de manera que se le saca toda adherencia, (no sólo de carne, sino cualquier otra sustancia). Se lava y se vuelve a raspar, cuando está aún húmeda. Se pone en un marco de madera, para que no se arrugue. Luego se la trata con diversos óxidos y sales (compuestas por ácido de carbono y óxido de plomo: esto le da color blanco: si se va a escribir de los dos lados, hay que hacer el procedimiento de los dos lados. La piel se corta en “hojas” de igual tamaño, y aún se les pasa tiza. La vitela es un pergamino de máxima calidad, muy fino. Los griegos y los romanos comenzaron a comprar pergamino, y pronto, a producirlos. Los romanos fabricaron finísimas vitelas, que teñían de diversos colores. Se conocieron libros escritos sobre vitelas púrpuras, con letras plateadas y doradas, perfumados. Los textos, antes del Cristianismo, generalmente eran de Homero, y/o de Virgilio.
Pronto, en el mercado internacional, el papiro y el pergamino fueron rivales comerciales. Pero, la carestía de ambos, trajo como consecuencia el PALIMPSESTO (del latín: palimpsestus; del griego: palimpsesto: de la raíz “palin”, y ésta, a su vez, de “psao”: borrar). Influyó también que los musulmanes cerraron el comercio con Europa para el surgimiento de los palimpsestos. Se trata de pergaminos y papiros borrados, sobre los que se volvía a escribir. La técnica del palimpsesto se usó desde el siglo VIII al X; y se borraron escrituras de los siglos IV al VI. A fines del siglo VII se prohibió el lavado. Con el uso del palimpsesto, por muchos años estuvieron “perdidos” los textos de los siglos IV al VI. En los tiempos modernos, se han podido leer las escrituras que habían quedado borradas, pero que estaban, sin embargo, casi imperceptibles, adheridas a la piel o al papiro. Se utilizaron procedimientos químicos y Rayos X. Se han podido rescatar casi todos los textos.
Escritura sobre papel.
El papel fue introducido en Europa vía España, por los árabes. Fue inventado en China, en el siglo II A.C., (-123), por TSAI-LUN. (Antes del papel, los chinos usaron diversos materiales, incluso barro). Al principio comenzaron a fabricarlo utilizando una planta, morus popryfera, pero luego fue sustituida por trapo. Se seleccionaban trapos, blancos en lo posible, se deshacían los dobleces, las costuras, se quitaban los hilos: de manera que quedaba lo más homogéneo posible. La tela se corta en cuadraditos muy pequeños. Se introducen en unas cubas, que tienen puntas de acero, dotadas de un movimiento que destroza todo. Lo deja bastante deshecho, y se va formando una pasta. Luego, se lava lo obtenido, para sacar impurezas. Se calienta a vapor, en calderas. Se agrega cal: 4 kg. de cal cada 100 kg. de trapo. Esto permite una descomposición por vía química, y provoca la descomposición de la pasta. Después se hace una nueva trituración, con cubas con dientes más finos, de manera que se logra una mezcla homogénea. Después se oxigena: se deja la pasta a la acción del sol y del rocío (más adelante se hizo por vía química). Se coloca la pasta en una tina, y se la hace pasar por una corriente de vapor, manteniendo la temperatura uniforme y graduada. La pasta se coloca en un recipiente de metal, frasqueta, y se logra sacar una delgada capa. La frasqueta se puede graduar, para obtener papel más o menos fino. Luego hay que prensarlo: se usa un filtro de tela soyal, una capa de pasta, un filtro, y así sucesivamente. Al prensar, se escurre el agua. Se hace más de un prensado.
Cuentan que un rey de Corea envió una delegación de sacerdotes a China, para que aprendieran a fabricar papel. (Los coreanos también habían tomado de los chinos la escritura). Al principio, se consideró que los escritos más importantes debían ir en pergamino, y lo demás en papel. Pero, por el costo, el papel lo fue sustituyendo. Los árabes invadieron China, y se llevaron el invento. Después, lo introdujeron en España. Se han encontrado papeles escritos, muy antiguos, y son aragoneses.
Para escribir en papel, al principio se utilizaba el negro de humo (hollín), se disolvía en agua levemente enjabonada, para que se adhiriera. También se usaron sustancias vegetales. Como instrumento para escribir, al principio se usó el cálamo: caña finita que se cortaba en la punta. Se la sustituyó después por pluma de ave (gallo/ina). Desde el siglo XIX se usó la pluma de metal.
1 “Historia del libro. Negro sobre blanco”, de M. Ilin.
Profesora Julia Abero.
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1 comentario:
Hola Julia soy Natalia Rosa de 1 año G, muy interesante el bloog me gustó mucho lo de la maldición al final de las tablillas, eso deberiamos hacer hoy para impedir que se roben los materiales de la fotocopiadora . Saludos
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