No enseñaré nada que considere falso.
No enseñaré nada que considere absurdo.
No enseñaré nada que contamine las esperanzas.
No enseñaré nada que lleve a menospreciarme
o despreciar a los demás.
No enseñaré nada que tronche las ganas de vivir.
No enseñaré nada que lleve a ser intransigente.
No enseñaré nada que lleve a las personas
a ser dóciles a los sistemas de opresión.
No enseñaré nada que impida crecer.
No enseñaré nada que ponga fronteras
al corazón y a la inteligencia.
Educaré para la vida y no para la muerte.
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1 comentario:
El "Decálogo de los educadores", me gustó mucho!
Saludos, Natalia Mello, 1ero L Magisterio.
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