“AQUELLOS QUE DICEN QUE NO
SE PUEDE HACER, NO DEBEN
INTERPONERSE EN EL
CAMINO DE LOS QUE YA
LO
ESTÁN HACIENDO”
THOMAS SAMUEL KUHN.
Textos
académicos producidos por alumnos (evaluación escrita)
TEXTO
lingüístico e icónico: Texto
es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad
verbal humana, que posee siempre carácter social; está caracterizado por su
cierra semántico y comunicativo, así como por su coherencia profunda y
superficial, debida a la intención (comunicativa) del hablante de crear un
texto íntegro, y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: las
propias del nivel textual y las del sistema de la lengua. (Enrique Bernárdez)
“Formación
semiótica singular, cerrada en sí, dotada de un significado y de una función
íntegra y no descomponible” Yuri Lotan, en “Análisis del discurso”,
Lozano,Peña, Abril.
“Hablar” de textos implica
conocimientos de gramática (morfología, sintaxis, ortografía), conocimientos
léxicos, y conocer semántica y
pragmática.
En general,
los alumnos producen textos descriptivos y/o narrativos, no explicativos ni
argumentativos.
PERO/PORQUE
Los textos
que llegan a los alumnos son, en
general, descriptivos o narrativos, algunos, explicativos. Aparecen pocos modelos de textos
argumentativos. No son frecuentes las
necesidades de justificar o argumentar.
En los
libros de estudio (textos estudiantiles) abundan las expresiones: justificar, argumentar, sintetizar,
interpretar, resumir, exponer un proceso…, PERO no aparece la demanda
acompañada con orientaciones para
que el alumno vea facilitadas sus operaciones cognitivas.
RELACIÓN
TEXTO-LECTOR
El lector
llega al texto con un propósito (consideremos “lector” aquí a un apersona que realiza un acto volitivo, y
“texto” a un producto lingüístico con intención académica).
Este lector llega al texto buscando algo. PERO, el lector tiene
su configuración de mundo propia, un bagaje, un saber, y el texto, a su
vez, es producto de un emisor que tiene su configuración de mundo propia, un
bagaje, un saber, y una intención
comunicativa. De esta comunión depende la comprensión y la interpretación.
El lector elabora hipótesis y se formula inferencias: el texto responde
o no. (El “no”, en este caso, es una respuesta (Denisse Muth)).
(comunión
(del
lat. «communío, -önis»)
1 f. Comunidad. ¤
Aplicado a cosas no materiales, circunstancia de ser tenido en común: ‘La
comunión de ideales entre nosotros’
Genette (1969): La narración se refiere a acciones o
sucesos considerados como puros procesos, y por eso poner el acento en el
aspecto temporal y dramático del relato; la descripción, al detenerse en
los objetos y en los seres considerados en su simultaneidad, y al enfocar los
procesos como espectáculos, parece suspender el curso del tiempo y contribuye a
instalar el relato en el espacio.
Texto narrativo.
En María Moliner: narración f. Acción de
*narrar. ¤ Cosa narrada. Ô
Relato. ¤ En *dialéctica, parte de un
discurso en que se exponen los hechos.
narrar (del lat. «narräre»)
tr. Decir o escribir una ÷historia o cómo
ha ocurrido cierto ÷suceso. Ô
Contar, referir, relatar.
En
RAE: narración.
(Del lat. narratĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de
narrar.
2. f. Novela o cuento.
3. f. Ret. Una de las partes en
que suele considerarse dividido el discurso retórico, en la que se refieren los
hechos para esclarecimiento del asunto de que se trata y para facilitar el
logro de los fines del orador.
narrar.
(Del lat. narrāre).
1. tr. Contar, referir lo
sucedido, o un hecho o una historia ficticios.
El texto
narrativo comienza, generalmente, con una situación inicial que contiene información espacial y temporal,
luego se presenta una complicación, una posterior resolución y la situación
final de cierre. Lo más importante en este tipo de texto es la historia que se
cuenta. Es muy importante destacar la
presencia de la voz del narrador: intervenga directamente en la historia
narrada o no, es casi el personaje más importante por lo que puede influir en
el lector.
Aspectos
morfológicos: tiempo
verbal de la narración: pretérito perfecto, a veces, en combinación con el
pretérito imperfecto.
Aspectos
sintácticos: abundante
presencia de marcadores textuales que tienen que ver con la temporalidad: antes, ahora, anteriormente, poco
antes, un día, de pronto, de repente, al
mismo tiempo, simultáneamente, después, en seguida, en aquel tiempo, al
principio, al día siguiente, al cabo de, y con el espacio: arriba, abajo, cerca, lejos,
delante, detrás, encima, debajo.
Texto descriptivo.
Describir:
(María Moliner)
describir (del
lat. «describÕre»)
1 tr. Delinear, dibujar, figurar una
cosa, representándola de modo que dé cabal idea de ella.
2 *Trazar imaginariamente un punto al
moverse determinada ÷figura: ‘Los planetas describen
órbitas elípticas alrededor del Sol’.
3 Decir cómo es una ÷cosa.
(RAE) describir.
(Del lat. describĕre).
2. tr. Representar
a alguien o algo por medio del lenguaje, refiriendo o explicando sus distintas
partes, cualidades o circunstancias.
3. tr. Definir
imperfectamente algo, no por sus predicados esenciales, sino dando una idea
general de sus partes o propiedades.
4. tr. Moverse
a lo largo de una línea. Los
planetas describen elipses. La
punta del compás describe una circunferencia.
¶
MORF. part.
irreg. descrito. Arg. y Ur. part.
irreg. descripto.
El texto
descriptivo pretende representar para que el lector pueda “ver”. El concepto de
“texto descriptivo” viene asociado, generalmente, a un concepto de “finalidad”,
tanto en ámbitos académicos como sociales. Es un tipo de texto que posibilita
la organización y difusión del saber, a
la vez que informa. Permite categorizar, clasificar, agrupar, jerarquizar: por
lo tanto, no es un texto totalmente “neutro”.
Aspectos
morfológicos: tiempo
verbal de la conjugación: presente (también “presente histórico”), pretérito
imperfecto. Las voces verbales más frecuentes pertenecen a los verbos
perceptivos: ver, oír, sentir, y aparecen los verbos parecer, haber,
constituir, entre otros. Las expresiones
suelen aparecer en aseveraciones afirmativas (aunque no es infrecuente la
construcción negativa, con lítote).
Aspectos
sintácticos:
aparecen oraciones tanto con verbos copulativos (necesarias para explicar algo)
como con verbos predicativos (expresan cualidades, contenidos, situaciones…).
Presencia de marcadores textuales: anunciar un tema nuevo o una nueva etapa: con respecto a, por lo que se
refiere a, en relación con, en cuanto a; ordenar
los temas: en primer
lugar, en segundo lugar (…), en último lugar, primero, antes que nada, para empezar,
para terminar, por último; distinguir: por un lado, por otro, por una parte, por otra, ahora bien,
no obstante, sin embargo, por lo contrario, en cambio.
Sobre la
adjetivación, recurso imprescindible, leemos:
No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de
color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo
tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo. (Horacio Quiroga)
Aspectos léxicos: si aparecen expresiones denotativas
o connotativas, dependerá de la función del texto, de la intención del
descriptor y de su competencia comunicativa, así como de la percepción que
tenga este del destinatario.
Aspectos
estilísticos: las
figuras del lenguaje que con más
frecuencia parecen son la enumeración (abierta o cerrada, asindética o
polisindéticas), la repetición, la
comparación, la metáfora, la sinestesia, la perífrasis y la redundancia.
Texto expositivo.
En María
Moliner: exposición
1 f. Acción de exponer una cosa para que
sea vista. ¤ («Hacer») Particularmente,
acción de *exhibir un conjunto de obras de arte, productos industriales, etc. ¤
Conjunto de esas cosas expuestas. Þ Alarde,
demostración, demostranza, despliegue, *exhibición, manifestación, muestra,
parada, salón. Ó Escaparate, expositor, picota. Ó *Mostrar. Ó Presentar.
2 Meteor. Acción de
exponer los aparatos de observación a la influencia del fenómeno que se
pretende observar.
3 Acción de exponer[se] a la acción de
determinado agente o influencia: ‘Exposición al sol [o a las radiaciones]’.
4 Fot. Acción de
exponer una placa o película fotográfica durante cierto tiempo a la acción de
la luz para que se impresione. Se dice «con exposición», por oposición a «instantánea»,
de la fotografía así obtenida.
5 *Situación de un objeto con relación a
los puntos cardinales.
6 Acción de exponer un asunto. ¤
Palabras con que se hace.
7 Conjunto de las noticias dadas en las
obras épicas, dramáticas y novelescas, acerca de los antecedentes o causas de
la acción. Þ Prótasis.
En
RAE: exposición.
(Del lat. expositĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de
exponer.
2. f. Explicación de un tema
o asunto por escrito o de palabra.
3. f. Representación que se
hace por escrito, comúnmente a una autoridad, pidiendo o reclamando algo.
4. f. Presentación pública
de artículos de industria o de artes y ciencias, para estimular la producción,
el comercio o la cultura.
6. f. Conjunto de las
noticias dadas en las obras épicas, dramáticas y novelescas, acerca de los
antecedentes o causas de la acción.
Los textos
expositivos, vehículos de la información, son los que están más presentes durante la
vida de un estudiante. Libros de estudio, manuales, enciclopedias, revistas o
publicaciones de divulgación científica y/o técnica, artículos en la web, es
decir, todo producto lingüístico con intención de explicar, exponer o informar
se concretará en formato de texto expositivo.
Sin embargo, se produce una paradoja: estos textos son los más leídos y
estudiados pero los menos ejercitados a la hora de la producción estudiantil; son
textos manejados (leídos/comprendidos)
por los alumnos, pero son los menos producidos por ellos: les cuesta esta
práctica. (Tenemos aquí un problema docente).
La
información que contiene un texto expositivo se concreta en descripciones y
definiciones, comparaciones, contrastes, planteo de problemas y soluciones,
causas de los fenómenos y consecuencias, inclusión de mapas, planos, ilustraciones,
gráficos.
Aspectos
morfológicos: formas
verbales en presente y futuro del indicativo.
Aspectos
sintácticos: presencia
de elipsis, si las competencias enciclopédicas de emisor y destinatario son
semejantes; presencia de redundancias si la situación es contraria a la
mencionada. Frecuente aparición de
sintagmas nominales. Presencia de aposiciones. Adjetivos específicos,
pospuestos al sustantivo. Reiteración de conceptos: es una forma de profundizar
la coherencia. Uso de citas al pie,
referencias bibliográficas y otras. Presencia de un cierre que oficia de
resumen. Poca o nula presencia de
recursos estilísticos.
Aspectos
gráficos: uso de
diferentes recursos tipográficos.
Aspectos
léxicos: lenguaje denotativo,
abundante presencia de registro técnico, préstamos lingüísticos, cultismos,
cenismo (xenismo) de registros científicos.
Texto argumentativo.
En
RAE: argumentar.
(Del lat. argumentāre).
3. intr. Aducir, alegar, poner argumentos. U. t. c. tr. y menos c. prnl.
4. intr. Disputar, discutir, impugnar una opinión ajena. U. t. c. prnl.
En María
Moliner: argumentar (del
lat. «argumentäre»)
1 tr. Argüir (deducir).
2 Argüir (probar).
3 tr. o abs. Aducir argumentos para
sostener una opinión. Ô Argüir. Þ
Ergotizar, impugnar, redargüir, refutar, retorcer, silogizar. *Discutir.
*Razonar. *Responder.
4 intr. Oponer alguien dificultades o
reparos para hacer algo que se le dice o para seguir el parecer de otros. Þ
*Discutir. *Replicar.
Es en este
tipo de texto donde se hace más relevante la intención del emisor pues este
desea modificar la conducta del destinatario (conducta en cuanto al accionar,
conducta del pensamiento). El emisor
busca persuadir, actuar conscientemente sobre alguien, generar opinión.
Desde el
punto de vista pragmático, es interesante considerar la situación que se genera
en el proceso de comunicación cuando el emisor tiene intención de convencer a
su destinatario: aquí, más que nunca, se ponen en evidencia las configuraciones
de mundo de los participantes en el proceso, incluso puede darse una especie de
“resistencia”, por parte del
destinatario, ante los “argumentos” del
emisor.
El texto
argumentativo se estructura en una tesis, un cuerpo argumentativo y una
conclusión.
La tesis es
el tema fundamental, el núcleo del texto. Se aconseja que la idea central sea
una sola, aunque aparece con frecuencia el encadenamiento de razonamientos.
Una vez presentada
la tesis, aparecen los razonamientos a favor y en contra, se trata de confirmar
lo expresado o de rechazarlo. Aparece aquí una secuencia expositiva y también aparecen
citas, ejemplos, argumentos de autoridad (testimonios de famosos, de expertos),
refranes y proverbios, se apela al “sentido general”. (Intertextualidad).
Puede
aparecer una instancia de refutación: rebatir para demostrar que lo dicho no es
cierto.
Si el tema
de la tesis es polémico, puede aparecer la subjetividad del autor. También
puede presentarse la ironía.
Aspectos
morfológicos. Aparecen
los verbos del tipo: decir, creer, pensar, opinar.
Aspectos
sintácticos. Marcadores
textuales que expresan relaciones de oposición: en cambio, antes bien, no
obstante, sin embargo, de todas maneras, por el contrario; los que expresan objeciones
y concesiones: aunque, si bien; los que expresan relaciones de causa: porque,
visto que, a causa de, con motivo de, puesto que, ya que, gracias a, gracias
que, por culpa de, pues, como, a fuerza de, dado que, considerando que,
teniendo en cuenta que. Marcadores que se emplean para distinguir: por un lado, por otro, por una parte, por otra,
ahora bien, no obstante, sin embargo, por lo contrario, en cambio; continuar sobre el mismo tema: además,
luego, después, a continuación, en este sentido. Empleados para Insistir, aclarar, puntualizar: es
decir, hay que hacer notar, en otras palabras, lo más importante, esto es,
dicho de otra manera, hay que destacar.
Sintaxis oracional compleja, con serie de subordinadas causales,
consecutivas, adversativas.
Aspectos
estilísitcos. Presencia
de la ironía. Presencia de preguntas retóricas. Clara presencia del emisor,
destinatario presente.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
-Hola, papá.
-Hola, ¿qué quieres?
-Nada, pero no sé qué hacer.
-Estudia algo.
-Ahora no tengo ganas. ‘Por qué no me enseñas el proyecto
en el que trabajas? -mira la foto de la zona donde quieren construir- A ver.
¡Uf!, mala idea.
-¿Por qué?
-Porque se ve que este terreno ha soportado una
meteorización por culpa de las aguas.
-¿Y qué?
-Las aguas han formado regatos sobre el terreno, que es
un barranco, y con el paso del tiempo ha producido una rambla, que está donde
vosotros queréis construir la carretera. Esto ha sido hecho a causa del agua,
porque eso, cuando llueve, se transforma en una especie de canal, que los
geólogos llaman rambla.
-Quizá sea verdad lo que dices, pero a nosotros nos
interesa un lugar de estas características; además, nos da lo mismo cómo se construyó,
porque en estos momentos no hay agua.
-Sí, pero nadie te asegura que el agua no volverá a
circular por este lugar.
-Sí, pero si circulaba por allí en aquel momento y hoy
no, será porque circula por un sito más apropiado.
-Ya, pero imagínate que en un año de lluvias fuertes haya
una gran riada. En ese caso, el agua volvería a los cursos normales y se
produciría una inundación de la carretera y quizá un desprendimiento de rocas.
-¿Y tú cómo lo sabes?
-En estos momentos lo estoy estudiando en mi clase de
Geología.
-Me gusta que estudies mucho, pero ¿por qué no vas a
calentarle la cabeza a tu madre ahora y dejas que los expertos se ocupen del
asunto?
-Muy bien, pero yo ya te he avisado. Buenas noches, papá.
-Buenas noches, hijo.
¿Se cayó o se calló?
Ana María Kauffman.
García Márquez (¿o debería
poner, de acuerdo a su sugerencia, Garsia Markes?) planteó un tema que vuelve
cada tanto: el de la reforma ortográfica del castellano, que consistiría básicamente
en una reducción del alfabeto.
No estoy de acuerdo con
esta propuesta. Los que la sustentan argumentan que suprimiendo las letras que
comparten la misma sonoridad, se escribiría con menos errores. Pero también es
probable que el nuevo sistema dificulte la lectura. Cuando leemos, nuestro ojo
no ve todas las letras, sino que selecciona algunas en función de las cuales
anticipamos lo que se encuentra próximo. Un sistema con pocas marcas demanda
mayor esfuerzo por parte del lector. Así desaparecerían los parónimos, con lo
cual, si dice: “la señora se cayó”, tendríamos que apelar al resto del texto para saber si
cerró la boca o aterrizó en el suelo.
Por último, los que
proponen simplificar la ortografía están sugiriendo, para decirlo en forma
sencilla, “escribir como suena”. Pero… ¿cómo suena dónde? ¿Conservamos una z y
una s para los madrileños?.. ¿Se trataría de adoptar las distintas ortografías
en función de las pronunciaciones locales? Eso dificultaría enormemente la
comunicación entre los hispanoparlantes.
Sería conveniente utilizar
el enorme esfuerzo que demandaría esa reforma en investigar por qué los niños
tienen tantas dificultades ortográficas, cuál es la responsabilidad de la
sociedad y de la escuela en ese problema y cuál sería la mejor manera de
resolverlo.
Clarín, 9 de abril de 1997.
Un escritor y la hache.
Mario Benedetti.
La propuesta de García
Márquez tiene repercusión porque quien la formula es un Premio Nobel y un gran
escritor, pero no me parece destinada a influir en el desarrollo de la lengua.
Mucho más modestamente, hace varios lustros que Juan Ramón Jiménez, también
Premio Nobel y notable escritor, intentó unificar en la j los sonidos afines, y
es obvio que no logró al lenguaje esa obsesión personal.
Las lenguas sufren
constantes modificaciones, pero solo cuando provienen de la sociedad hablante y
escribiente. No obstante, debo reconocer que la forma o el aspecto de la
palabra no tiene la misma importancia para el prosista que para el poeta, y yo
creo que en su sorpresivo alegato García Márquez muestra su “hilacha” de prosista.
Para el ensayista, el
periodista o el narrador, la palabra es sobre todo concepto y su morfología no
es tan importante. Para el poeta, la palabra es, además, imagen escrita, y allí
no es lo mismo “humo” que “umo”, “hogar” que “ogar”.
En un poema, el espíritu
de la palabra puede constituir una metáfora, pero el cuerpo de esa misma
palabra también constituye una imagen.
No está mal transgredir a
veces las normas gramaticales. Desde Vallejo
a García Márquez, todos lo hacen (lo hacemos),
pero lo atractivo y experimental es que la transgresión sea la excepción
y no la regla.
De todas maneras, y aparte
de estas sutilezas, me parece que los cambios propuestos pueden llevar a
evidentes confusiones. No es lo mismo (y estos ejemplos incluyen el problema de
la hache y de los acentos) “hábito” que “habito”,
“húsar” que “usar”. Creo, además, que en materia de lenguaje, hay problemas más
urgentes y globales. O sea, que más importante que la supresión de la hache, me
parece la eliminación del analfabetismo.
Esto sea dicho sin
perjuicio de reconocer el ánimo lúdico
de García Márquez. Si una vez hizo levitar a Remedios la Bella, ¿por qué no
puede ser que levite hache la Muda?
Clarín, 11 de abril de 1997.
Bibliografía.
Montolío,
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Álvarez,
Miriam, Tipos de escrito II: exposición y argumentación, Arco/Libros, Madrid,
1999.
Jorba,
Jaume, Gómez, Isabel, Prat, Ángels, Hablar y escribir para aprender, Síntesis,
Madrid, 1998.
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Teodoro, Didáctica del texto en la formación del profesorado, Síntesis, Madrid,
2005.
Moliner,
María, Diccionario de Uso del Español, Gredos, Madrid, 1996.
RAE, Diccionario de la Lengua Española, Espasa, Madrid, 2010.
Plantin,
Christian, La argumentación, Ariel Practicum, Barcelona, 1998.