Quien más quien menos, mis cuatro primos carnales se dedican a la filosofía. Leen libros, discuten entre ellos y son admirados a distancia por el resto de la familia, fiel al principio de no meterse en las preferencias ajenas e incluso favorecerlas en la medida de lo posible. Estos muchachos, que me merecen gran respeto, se plantearon más de una vez el problema del miedo de mi tía, llegando a conclusiones oscuras pero tal vez atendibles. Como suele ocurrir en casos parecidos, mi tía era la menos enterada de estos cabildeos, pero desde esa época la deferencia de la familia se acentuó todavía más. Durante años hemos acompañado a tía en sus titubeantes expediciones de la sala al antepatio, del dormitorio al cuarto de baño, de la cocina a la alacena. Nunca nos pareció fuera de lugar que se acostara de lado, y que durante la noche observara la inmovilidad más absoluta, los días pares del lado derecho y los impares del izquierdo. En las sillas del comedor y del patio, tía se instala muy erguida; por nada aceptaría la comodidad de una mecedora o de un sillón Morris. La noche del Sputnik la familia se tiró al suelo en el patio para observar el satélite, pero tía permaneció sentada y al día siguiente tuvo una tortícolis horrenda. Poco a poco nos fuimos convenciendo, y hoy estamos resignados. Nos ayudan nuestros primos carnales, que aluden a la cuestión con miradas de inteligencia y dicen cosas tales como: «Tiene razón». ¿Pero por qué? No lo sabemos, y ellos no quieren explicarnos. Para mí, por ejemplo, estar de espaldas me parece comodísimo. Todo el cuerpo se apoya en el colchón o en las baldosas del patio, uno siente los talones, las pantorrillas, los muslos, las nalgas, el lomo, las paletas, los brazos y la nuca que se reparten el peso del cuerpo y lo difunden, por decir así, en el suelo, lo acercan tan bien y tan naturalmente a esa superficie que nos atrae vorazmente y parecería querer tragar nos. Es curioso que a mí estar de espaldas me resulte la posición más natural, y a veces sospecho que mi tía le tiene horror por eso. Yo la encuentro perfecta, y creo que en el fondo es la más cómoda. Sí, he dicho bien: en el fondo, bien en el fondo, de espaldas. Hasta me da un poco de miedo, algo que no consigo explicar. Cómo me gustaría ser como ella, y cómo no puedo.
sábado, 24 de marzo de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
Producción de libros artesanales...
Epitextos y peritextos de los libros. 2° 2012.
Muchachas: se supone que tenemos claro el objetivo del trabajo “Produzco un libro escrito a mano”: demostrar que se conocen todos los paratextos que puede tener un libro. Por lo tanto, aunque parezca abusivo, los paratextos tienen que aparecer.
Pueden aparecer epitextos: son paratextos externos al libro, como marcadores, fajas de propaganda (“se han vendido ya 4 ediciones de esta obra en tanto tiempo..”), afiches.
Peritextos: son los paratextos que aparecen en el libro.
Empecemos por la tapa: debe figurar en ella el título, el autor y la editorial.
Solapas en las tapas (pueden aparecer adheridas o como un forro del libro). En la 1º debe figurar la biografía del autor, inventada o no. Con fotografía, caricatura o nada de eso. En la 2º solapa, otras obras del autor.
En la contra tapa, reseña de la obra.
Los libros pueden tener elementos icónicos, ilustraciones, fotografías, mapas….
Puede tener anteportada: una hoja donde solo dirá el nombre del libro y el autor. Puede, incluso, aparecer una hoja antes de la anteportada, en blanco. Esto le da más lujo a la edición.
En la hoja de anteportada, en el reverso debe aparecer el nombre de la obra, autor, editorial, y ciudad donde se editó. En el anverso (del otro lado), debe aparecer: © (copy right) con el año de gestionado, pueden aparecer otros (significando que fue vendido, todos los años que deseen); Depósito legal (con un Nº); ISBN (con un Nº que ustedes inventarán, recuerden que ROU empieza con 9974); puede aparecer un fragmento de la Ley del Libro.
Después, en una hoja solita, debe aparecer la Dedicatoria.
En otra, los Agradecimientos.
En otra, o al comienzo de la obra, el epígrafe.
Luego, el prólogo. Recuerden que no lo puede hacer el autor, y recuerden que lo ideal es que aparezca con la letra del prologuista.
El libro puede tener una introducción, escrita por el autor.
Cuerpo del libro.
Debe tener “notas al pie”, aunque sean forzadas, para demostrar que las saben.
Epílogo o conclusión: si el contenido del libro es de estudio, debe aparecer “conclusión”, de lo contrario, epílogo.
Glosario debe aparecer, también, aunque les parezca forzado. Por lo menos, con tres palabras.
Bibliografía: autor, obra, año, editorial.
Índice. (Aunque sea un libro de poemas…)
Colofón: en la última parte del libro, “Este libro se terminó de imprimir en los talleres gráficos de…..”.
Libros: algo sobre ellos...
Elaboramos un libro….
Esta actividad tiene varios objetivos:
- Que el niño conozca el libro “como objeto”, proporcionarle conocimientos que le permitan leer lo que habitualmente no se lee: fecha de ©, edad de registro del material, ISBN (pudiendo identificar país de edición) De acuerdo a este objetivo, el libro fabricado deberá tener TODOS los paratextos que se pueden encontrar en él: para mostrar que se sabe cuáles son.
- Que el niño pueda producir textos en situaciones reales de necesidad: al crear nombre, autor y editorial del libro; biografía del autor; reseña de la obra; otras obras del autor.
- Que el niño pueda comprender la importancia de tener en cuenta la información que ofrecen los paratextos.
El libro fabricado deberá tener:
- En TAPA: nombre del libro, nombre del autor, nombre de la editorial y logo.
- En CONTRATAPA: reseña de la obra.
- Primer SOLAPA: biografía del autor.
- Segunda SOLAPA: otras obras del autor.
- ANTE PORTADA: hoja en la que solo dirá nombre de la obra.
- PORTADA: anverso, nombre de la obra, del autor, de la editorial; ciudad de edición. Reverso: número de DEPÓSITO LEGAL, © con su dueño y año, si se vendió y aparece más de una vez, debe aparecer; ISBN y el número (recordar que Uruguay es 9974); fragmento de la Ley del Libro (“Queda expresamente prohibido la reproducción total o parcial, por cualquier medio…)
- PRÓLOGO: escrito por una persona que no sea el autor.
- INTRODUCCIÓN: escrita por el autor.
- AGRADECIMIENTOS: escritos por el autor.
- DEDICATORIA: escrita por el autor.
- EPÍGRAFE
- CUERPO DEL LIBRO
- NOTAS AL PIE (durante el cuerpo)
- CONCLUSIÓN o EPÍLOGO
- BIBLIOGRAFÍA
- GLOSARIO
- ÍNDICE
- COLOFÓN
Puede tener: ilustraciones, mapas, gráficos: se consideran como paratextos no lingüísticos.
lunes, 19 de marzo de 2012
Atención !!!!!!!
sábado, 17 de marzo de 2012
Técnia de presentación. Babero.
Técnica: “Babero pedagógico”.
(Se recomienda para “diagnóstico descriptivo y cognitivo” a la vez).
Primera etapa. El docente explica que van a hacer una actividad que requiere prestar mucha atención. (1) A cada alumno se le entrega una hoja en blanco, preferentemente sin renglones. (2). Les dice que va a escribir en el pizarrón una serie de datos y ellos deberán seguirlo, anotando los datos “en espejo”: el docente comienza escribiendo su nombre, y ante la segura duda de los alumnos, les explicará que como es “espejo” ante el nombre de él, ellos y ellas escribirán el de ellos y ellas. A partir de ahí, no habrá dudas. Sugerencias en el ordenamiento de datos que podrá escribir el docente: 1) edad, 2) personas con las que vive (3), 3) estudios que lo habilitan para ejercer, 4) en este punto corresponde escribir “qué le agrada hacer” pero es aconsejable que el docente diga en voz alta que ahora les corresponde a los alumnos escribir primero (4), 5) se repite procedimiento, pero ahora es “que no le gusta hacer”, 6) se invita a los alumnos a pensar una expresión, frase, poema, (propia o no) y escribirla. (El profesor debe simular que está pensando y debe demorar, así les da tiempo a ellos a hacer lo mismo).
Segunda etapa. Sin dar explicaciones, el docente comienza a entregar a cada alumno un alfiler de cabeza, ellos preguntarán y se les dirá que esperen. (Todo debe ayudar a crear un clima de cierto nerviosismo). Cuando se cumpla con esta tarea, indicar: “Ahora, cada uno de ustedes tomará la hoja donde escribieron en espejo y, utilizando el alfiler, se colgarán la hoja delante, como si fuera un babero”. IMPORTANTE: observar todas las reacciones: algunos lo intentarán enseguida, otros no harán nada, otros pedirán para “pasar en limpio” (5), otros intentarán y no podrán por motivos motrices (ayudar). Ante exclamaciones o protestas hacerles ver que el “babero” de la docente ha estado desde un comienzo en el pizarrón.
Tercer etapa. Se los invita a leer baberos, y se los desafía a que ganará el que lea mayor cantidad. Deberán ponerse de pie, a la orden de “ya”, y tendrán dos minutos. Dar la orden. (Ahí se debe observar las reacciones de cada uno: estará el que salta por encima de todo con tal de ganar; el que queda en su banco; los que actúan de acuerdo a lo esperado). El docente se une a ellos en la lectura. Pasados unos minutos, se dirá “tiempo”, y se deberán sentar. Se les dice que retiren los alfileres y que entreguen los mismos junto a las hojas. Cuando todos están sentados, y el profesor con los baberos en la mano, les pregunta: “¿quién leyó mayor cantidad?”. Imposible saberlo, aparentemente. Las hojas se las llevará la profesora, así que esta vez será ella la que lea más: en este primer desafío, ha ganado la docente. Pero, queda planteada la posibilidad que ganemos todos. (Remitirse en este momento a la carta, donde se los invita a “jugar un partido”).
(1) Se comienza a crear un clima de “nerviosismo” que es necesario para la técnica.
(2) Esto es importante porque nos permitirá evaluar el manejo que hace el alumno del “papel”, cómo distribuye el texto en el mismo. Asociar lo producido por ellos con lo aprendido en psicología, por ejemplo: texto tan grande que utilizan anverso y reverso; texto muy pequeño y en un extremo, etc.
(3) Se debe atender a preguntas que pueden surgir que ayudan a “conocer” al alumno: ¿pongo al hijo de mi padre con la otra señora?: situación no asumida o mal resuelta, por ejemplo. Es interesante pedirles que escriban las edades de los hermanos y el sexo, y que se ubiquen en esa escala:
16 14 (13) 9 8
F F (M ) M F
El docente puede explicarlo en el pizarrón, con un ejemplo. Este planteo es bueno porque permite observar la comprensión de cada uno ante las consignas, y se evidencias las dificultades que puedan tener.
(4) No escribir primero que ellos pues tienden a imitar. Incluso puede no-escribirse, y comentarles que lo dirán una vez finalizada la técnica.
(5) No se les debe permitir porque para el diagnóstico es fundamental la primera escritura. A ellos se les dice que no les alcanza el tiempo, que no es importante, lo que surja decir.
Prof. Julia Abero.