domingo, 23 de mayo de 2010

¿Puede alguien aportar otras?

Uruguayeces
"Las "Uruguayeces" son aquellas frases, palabras, direcciones o dichos que solo un uruguayo entiende el significado o importancia.


18 y Ejido.
37 de envido.
A la cabeza y a los 10.
A seguro se lo llevaron preso.
A la pelotita, a la pelotitaaaaa.
A la grampa ´e la puerta.
A llorar al cuartito.
A otra cosa mariposa.
A papá mono con bananas verdes.
Abri los ganchos.
Agarrate Catalina ..
Agua Jane.
¡A la perinola !.
Al que quiere celeste que le cueste.
Anda a cantarle a Gardel.
Anda a cantarle a Magoya.
Anda que te cure Lola.
Anda que te cure Hortencia que Lola esta de licencia.
Andar en chiva.
Aqui está su disco.
Asado de tira.
Atenti.
A Rivera y Comercio
Berreta.
Bo.
Bolas triste.
Borocoto borocoto, chas, chas.
Botija.
Bronca.
Cambada.
Calavera no chilla.
Cayó piedra sin llover.
Cerrá atrás y vamos
¡Correte! ¿O sos hijo de vidriero?.
Cortá pa'' la salida.
Cortala flaco.
Cortita y al pie.
Cual retazo de los cielos de los cieeeelooos...
Cuchame...
Curado de espanto.
Chocolate por la noticia y mermelada por la pavada.
Choto.
Chupate esta mandarina.
Dar un sopapo.
Descuajeringado.
Del tiempo del ñaupa.
Dejar varela.
Diga bi, diga lo.
Dios le da pan al que no tiene dientes.
Dios libriguarde.
Donde el diablo perdió el poncho.
Dragoneando.
El besódromo.
El bichicome.
El canillita.
El cantegril. (El "cante" y gane.)
El chupetin.
El conventillo Medio Mundo.
El cuco.
El Carlanco
El dia del golero.
El Fenix no baja.
El garronero.
El gordo de fin de año.
El hombre de la bolsa.
El pan con grasa.
El que nace pa'' pito no llega a corneta.
El que no salta es un botón.
El refuerzo de mortadela.
El ringraje.
Eramos pocos y parió mi abuela.
Es al cuete.
Es como de aqui a Pando.
Es un nabo.
Estar en la lona.
Estoy hecho bolsa.
En manga é camisa.
En un Perikete.
Faina de orilla.
Flor de relajo.
¿Qué estás esperando? ¿El 104 a Carrasco?
Hablo yo o pasa un carro.
Hacer la Krokiñoli.
Jariola.
Qué Julepe.
Tiene Jeito.
La Favorita, que a todos la yeta quita.
La garra charrua.
La gran siete.
La hizo carozo.
La Interbalnearia.
La morta.
La pasta frola.
La señal indicará...
Las bolas de fraile (y los suspiros de monja).
La rabona.
Lo que mata es la humedad.
Los corasanes dulces y salados.
Los chivitos.
Los championes.
Los de afuera son de palo.
Los gurises.
Los pungas.
Los quecos.
Los Ricarditos.
Los tenemos de hijos.
Más claro... Echale agua.
Más viejo que el agujero del mate.
Me cache en 10!.
Menecucho.
Minga.
Negativo central
Ni chicha ni limonada.
No cazo una.
No da pie con bola.
No entiendo un pomo.
No pasa Fanta.
No rompas los cataplines.
No te hagas el sota.
No tiene goyete.
No te vistas que no entrás.
No tiene cancha...
¡Nos dieron un baile!.
No te subás las medias que es foto carné !
No tenes carpeta.
Pará el carro.
Perá , perá ..
Pesado como sopa ''e chumbo.
Pepinos.
Pido gancho.
Pipi cucu.
Pucha digo.
¡Qué lo tiro!
Qué bolazo.
Qué macana.
¡Que no ni no!.
Que te garúe finito.
¡Qué terraja!.
Quedarse papando moscas.
Si te he visto no me acuerdo.
Soy celeste, soy celeste, celesteeee, soy yooooo.
Sucundún con chequendengue.
Tá tupido.
Tá Tá Tá
Tamangos.
Tengo la posta.
Te voy a dar un moquete.
Tomá pa' vo.
Qué Tranca.
Tuya Héctor
Tupido y groso.
Ultratón.
Un escracho.
Vamo'' un suponer.
Vayan pelando las chauchas.
Vejiga.
Yesquero.
Yi 1436.
Yo...argentino

viernes, 7 de mayo de 2010

Lenguaje

Lenguaje y lengua son dos nociones que se deben distinguir. Lenguaje es la capacidad que tiene cada persona para comunicarse con las demás, mediante signos orales (y, si su desarrollo cultural lo permite, también escritos). Se trata de una facultad humana. Es independiente que al hablar se emplee una lengua u otra: español, inglés, chino. Es incorrecto decir: “lenguaje español, lenguaje inglés”

El lenguaje presenta manifestaciones distintas, según el lugar geográfico o la época. Cada una de estas manifestaciones recibe el nombre de lengua o idioma.

martes, 4 de mayo de 2010

El lenguaje, Edward Sapir.

Edward Sapir publica, en 1921, su libro “El lenguaje”.

En el capítulo I, “Introducción: definición de lenguaje”, dice: “El lenguaje es un método exclusivamente humano, y no instintivo, de comunicar ideas emociones y deseos por medio de un sistema de símbolos producidos de manera deliberada. Estos símbolos son, ante todo, auditivos, y son producidos por los llamados “órganos del habla”.

Cómo estudiarlo:

El lenguaje es un método: caracterizar “método”

Exclusivamente humano: esta expresión no niega otros lenguajes, delimita el concepto y lo restringe a la especie “humana”.

No instintivo: implica “aprendizaje”, implica considerar al hombre como ser social.

Comunicar: se le establece una función al lenguaje. (Volveremos al tema FUNCIONES cuando se estudie a Kart Bûhler y a Roman Jakobson).

Lo comunicable: ideas, emociones y deseos (se invita a pensar un mensaje que no contenga ideas, emociones y/o deseos).

Por medio de un sistema de símbolos: vamos a considerar un “sistema de signos”; este sistema está compuesto por aspectos morfológicos, sintácticos, léxicos, fonológicos, semánticos. Los estudiaremos junto a la pragmática.

Producidos de manera deliberada: para producir un acto de habla se necesita la intervención de la voluntad.

Estos símbolos son, ante todo, auditivos, (signos lingüísticos), y son producidos por los llamados “órganos del habla”. (Recordar las cuerdas vocales, son exclusivas).

domingo, 2 de mayo de 2010

Una mesa es una mesa. Peter Bichsel

Quiero contarles de un hombre viejo que ya no pronuncia ninguna palabra. Tiene un rostro cansado: cansado de reír y cansado de enfadarse. Vive en una pequeña ciudad, al final de la calle, cerca de la esquina. No vale la pena describirlo, casi nada lo diferencia de otros. Usa un sombrero gris, pantalón gris, una chaqueta gris y en invierno un largo abrigo gris. Tiene un cuello delgado cuya piel está seca y arrugada. Los botones blancos de la camisa le aprietan demasiado. En el piso inferior de su casa tiene un cuarto; quizás estuvo casado y tuvo hijos, quizás vivió antes en otra ciudad. Seguramente alguna vez fue niño, pero eso fue hace mucho tiempo, allá donde los niños eran vestidos como adultos. Donde se veían tal como en el álbum fotográfico de una abuela. En su cuarto hay dos sillas, una mesa, una alfombra, una cama y un armario. Sobre la pequeña mesa está un despertador, al lado están los viejos periódicos y el álbum fotográfico; sobre la pared cuelgan un espejo y un retrato. El hombre viejo tomaba un paseo por las mañanas y un paseo por las tardes; hablaba un par de palabras con su vecino, y por las noches se sentaba a la mesa. Nunca cambiaba. Incluso los domingos eran así. Y cuando el hombre se sentaba a la mesa, siempre escuchaba hacer tic tac al despertador. Pero hubo un día especial: un día con sol, no tan frío ni tan caliente, lleno de gorjeos de pájaros, con gente alegre, con niños que jugaban. Y lo especial fue que, de pronto, todo le gustó al hombre. Y sonrió.—Ahora todo cambiará —pensó. Desabrochó el primer botón de su camisa, tomó su sombrero en la mano; aceleró su paso, se balanceó en sus rodillas al caminar y se puso muy contento. Llegó a la calle donde vivía, inclinó la cabeza para saludar a los niños, caminó hasta su casa, subió la escalera, tomó las llaves de la bolsa y cerró su cuarto. Pero en su cuarto todo seguía igual: una mesa, dos sillas, una cama. Y cuando se sentó a la mesa, escuchó nuevamente el tic tac y toda su alegría se fue, pues nada había cambiado. Entonces al hombre le sobrevino una enorme furia. En el espejo vio ruborizar su rostro: cómo cerraba y abría los ojos; entonces hizo puños sus manos, las levantó y golpeó la mesa; primero un golpe, después otro y empezó a golpear y golpear como si tocara un tambor, al tiempo que gritaba una y otra vez:—¡Tiene que cambiar, esto tiene que cambiar! Y dejó de escuchar el despertador. Pero sus manos comenzaron a dolerle y su voz se cansó; entonces escuchó otra vez el despertador. Nada había cambiado.—Siempre la misma mesa —dijo el hombre—, las mismas sillas, la misma cama, el mismo cuadro. Y a la mesa le digo mesa, al cuadro le digo cuadro, a la cama la llamo cama y a la silla la nombro silla. ¿Por qué? Los franceses le dicen a la cama “li”, a la mesa “tabl”, al retrato lo nombran “tablo” y a la silla “schäs”, y se entienden. Y los chinos también se entienden.—¿Por qué la cama no se llamará retrato? —pensó el hombre y se rió, y se rió tanto que el vecino de al lado golpeó en la pared y gritó:—¡Silencio!—De ahora en adelante todo cambiará —dijo, y a la cama la llamó retrato.—Estoy cansado, quiero ir al retrato —pensó. Por la mañana, se quedó acostado, como acostumbraba, largo rato en el retrato y pensó cómo podría llamar a la silla: y la nombró despertador. Por fin se puso de pie, se vistió, se sentó sobre el despertador y apoyó los brazos sobre la mesa. Pero ahora la mesa ya no se llamaba mesa, ahora se llamaba alfombra. Por la mañana el hombre dejó el retrato, se vistió, se sentó a la alfombra en el despertador y pensó a quién podría decirle que:a la cama le dice retrato,a la mesa le dice alfombra,a la silla le dice despertador,al periódico le dice cama,al espejo le dice silla,al despertador le dice álbum fotográfico,al armario le dice periódico,a la alfombra le dice armario,al retrato le dice mesay al álbum fotográfico le dice espejo. Entonces, su misma historia sería: Por la mañana, el hombre viejo se quedó, como acostumbraba, largo rato recostado en el retrato. Alrededor de las nueve sonó el álbum fotográfico. El hombre se levantó y se paró sobre el armario para que no se le enfriaran los pies. Tomó su ropa del periódico, se vistió, miró la silla sobre la pared, se sentó después sobre el despertador a la alfombra y hojeó el espejo hasta que encontró la mesa de su madre. El hombre halló tan divertido lo que había hecho que practicó todo el día. Se aprendió de memoria las nuevas palabras. Y renombró todo. Entonces ya no fue un hombre sino un pie, y el pie fue una mañana y la mañana un hombre. Ahora, ustedes también pueden reescribir la misma historia. Sólo tienen que cambiar los demás términos, tal como hizo el hombre:sonar es pararse,enfriarse es ver,estar acostado es sonar,estar de pie es enfriarse,pararse es hojear. Y entonces así quedaría: Por el hombre, el viejo pie se quedó, como acostumbraba, largo rato sonando. Alrededor de las nueve se acostó el álbum fotográfico, el pie se enfrío y hojeó sobre el armario para no verse las mañanas. El hombre viejo se compró un cuaderno y escribió en él hasta llenarlo con sus nuevas palabras. Tuvo mucho que hacer.Se veía tan raro en la calle. Entonces aprendió nuevos términos para todas las cosas, y se olvidó más y más de los nombres correctos. Ahora tenía un nuevo idioma que le pertenecía únicamente a él. Aquí y allá soñaba el nuevo lenguaje; traducía las canciones de su época escolar a su nuevo idioma y las cantaba en voz baja para sí. Pero pronto sintió que ya le era más difícil traducir. Casi había olvidado su antiguo lenguaje y tuvo que buscar las palabras correctas en su cuaderno. Sintió miedo de hablar con la gente. Tuvo que pensar largamente cómo dice la gente las cosas:a su foto la gente le dice cama,a su alfombra la gente le dice mesa,a su despertador la gente le dice silla,a su cama la gente le dice periódico.a su silla la gente le dice espejo,a su álbum fotográfico la gente le dice despertador,a su periódico la gente le dice armario,a su armario la gente le dice alfombra,a su mesa la gente le dice fotoy a su espejo la gente le dice álbum fotográfico. Y llegó tan lejos que se reía cuando escuchaba hablar a la gente. Por ejemplo, se reía si escuchaba que alguien decía:—¿Irás mañana también al juego de fútbol? O si alguien decía:—Llueve desde hace dos meses. O si alguien decía:—Tengo un tío en América. Y se reía porque no entendía. Pero su rostro no fue de felicidad. Su rostro comenzó a entristecerse y así terminó: muy triste. El hombre viejo con el abrigo gris no entendía a la gente. Lo que no fue tan grave. Lo grave fue que la gente no pudo entenderlo. Y por eso no dijo nada más. Se quedó callado; hablaba sólo con él mismo. No volvió ni siquiera a saludar.

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